Céspedes y Martí
Por Manuel Sanguily Difícilmente logro dominar la profunda emoción que a punto está de anublar mi espíritu y casi me apaga la voz que desfallece en este momento tan solemne y para mí tan grave. Vuelvo la vista a todos lados, reconozco por el recogimiento del numeroso y excelente concurso la grandeza de este acto de conmemoración sagrada: sé, por lo mismo, que estoy despierto, y sin embargo me figuro que aún no ha pasado la reciente pesadilla, que apenas si acabo de salir de un sueño de dieciocho años, como si hubiese sido yo el durmiente del cuento maravilloso, y que persiste en mí la extraña ilusión de que a mí alrededor nada ha cambiado en tan largo espacio de vida; sino que las circunstancias y los hombres son los mismos ahora que cuando se cerraban a la luz mis párpados y perdía en letárgico encantamiento la conciencia. Porque me estoy viendo ahora mismo, de pie, lejos de la tierra querida, en medio de compatriotas emigrados, como cuando al volver del campo de batalla, en 1877, cum...