Apostillas apologéticas a una maravillosa y necesaria lista de libros cubanos
Por: Manuel Alejandro Hernández Barrios
Adquiere sentido el refrán “Ni son todos los que están, ni están todos los que son”, y su
variante criolla “no están todos los que son, pero son todos los que
están”, al conocer la noticia de la existencia de una atrevida y muy necesaria
lista.
El Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, la obra maestra
de Fernando Ortiz, encabeza la lista “Los 100 libros imprescindibles del siglo
XX cubano según los lectores de la librería Isla Bonita (sin orden de prioridad)”.
Cuando la publicaron en Instagram, priorizaron entonces la fecha de
publicación, y fue entonces cuando Álvaro de la Iglesia con sus Tradiciones cubanas
de 1911 pasó a estar en el puesto número 1 de la lista. Quizás la lista “sin
orden de prioridad” fuera la más sincera, pero se apeló a un tratamiento
profesional del necesario asunto literario, tan en boga en este veintiúnico
siglo en que vivimos.
Según uno de los propios autores: “Cada uno dirá que no
están sus libros favoritos o su rama del saber preferida. Se logró algo
importante, que la lista no fuera únicamente de literatura. Escribí un texto
sin orden ni concierto, y con la ayuda de una amiga se organizó por orden de
publicación”.
Ante el cuestionamiento sobre por qué no quisieron hacer una
lista de literatura pura, Guivei Reina, alegó: “Eso fue lo que no quise hacer o
por lo menos sugerí no hacer, no es una lista de literatura, es una lista de
libros con arraigo popular, no es una lista académica, no es una lista de
historia. Es una lista de obras vivas y que hoy son leídas. Espero que otros
realicen empeños similares. Ya es tiempo de dejar atrás a las momias sagradas
que se nombran por costumbre, pero no son letra viva, porque, ¿cómo se puede
afirmar que son los mejores si no los tenemos a la mano para leerlos?”.
En la conversación sobre la buena nueva, consideré argumentar que el problema es que las listas pecan de enlistar (valga la redundancia) aquello que uno quiere que esté, o cree que debe estar, aunque no lo conozca, pero que sabes que deben estar por obligación. Añadí que, tal y como dice Jesús G. Maestro, les pasará como al Canon de Harold Bloom, que por mucho marketing que le pongas, el Canon seguirá igual, y seguirá siendo el mismo. Y celebré lo auténticamente cubana que me parecía porque es un ajiaco de temas y géneros y rompe con la habitual lista TOP de los medios que son listas muy distintivas, muy subjetiva también, y muy intencionadas.
El entrevistado, vía WhatsApp, contestó: “Tendríamos que
consultar a través de un médium para que los muertos hablen y digan que leían
ellos, y cuidado no te sorprendan. Para una lista de letra muerta habría que
hacer otra lista. Por eso no hice Mi lista. Los libros que solemos citar los
sacamos de libros de historia, no de librerías. Hay muchos libros y poco
tiempo, las modas se reconfiguran, y los libros mueren y a veces renacen”.
Ya está la propuesta. Existe. Y si, quizás para estar acorde
con las modas, debió ser una lista pura de literatura y después valorar si
incluir como un 101, los éxitos editoriales del Siglo XX, o algo así: Los 100
libros de literatura y una lista de éxitos editoriales cubanos del siglo XX.
Pero ahora, tal y como dicen los autores de la lista en cuestión, es un momento
de práctica del ejercicio democrático, y esperar a enriquecerla con los comentarios
en las redes sociales. Como un círculo de estudio político, vaya.
El librero también mencionó a un sector importante del cual
se espera una exquisita reacción: “Los coleccionistas y vendedores serán los
más interesados en que su libro entre en la lista”. Y sobre la oficialidad de
su iniciativa puntualizó: “Esto le toca a alguna institución. De hecho, la
lista ha motivado la discusión y el debate. No somos una autoridad, difícilmente
exista alguna. Cada uno, lo digo y lo repito, es libre de hacer su lista. Lo
que no se debe cometer el error de cuestionar quién debe estar o no en la Lista
de la librería Isla Bonita, porque ésta se circunscribe a los lectores y amigos
de Isla Bonita, a sus gustos y a su memoria”.
Tan propicia me pareció la idea que decidí publicarla, como
otro hervidero de dialéctica, y como pie forzado para que otros publiquen la
suya, no por democracia, sino como ejercicio intelectual, utilizándola como referencia
para participar de este juego literario.
Como cierre a la aceptación de la publicación de la lista en un blog ajeno, el dueño de Isla Bonita, puntualizó: “Este es un reconocimiento a la promoción de la lectura de libros cubanos. Podrían haber sido otros, pero los que están son buenos y recomendamos su lectura. El objetivo tiene que ser promover la lectura. Lo importante era que saliera, que no se quedara engavetada. La riqueza bibliográfica de Cuba ahora queda en evidencia, porque no alcanzan mil puestos para todo lo bueno que tenemos”.
¿Críticas? Todas las que usted desee amigo lector. Precisamente
aquí empieza la democracia, cuando usted ha conocido el atrevimiento y se
dispone a opinar.
¿La lista? Aquí está:
Los 100 libros imprescindibles del siglo XX cubano según los
lectores de la librería Isla Bonita (sin orden de prioridad):
-Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar. Fernando Ortiz
- Antes que anochezca. Reinaldo Arenas
- Una pelea cubana contra los demonios. Fernando Ortiz
- Celestino antes del alba. Reinaldo Arenas
- El color del verano.
Reinaldo Arenas
- Hombres sin mujer. Carlos Montenegro
- Oasis. José Angel
Buesa
- Jardin. Dulce María Loynaz
- Trilogía sucia de la Habana. Pedro Juan Gutierrez
- El siglo de las luces. Alejo Carpentier
- Paradiso. José Lezama Lima
- Mitología cubana. Samuel Feijóo
- El cochero azul.
Dora Alonso
- El mundo alucinante. Reinaldo Arenas
- El cuentero. Onelio Jorge Cardoso
- Contrabando. Enrique Serpa
- La Noche. Excilia Saldaña
- Había una vez. Herminio Almendros
- Tres Tristes Tigres. Guillermo Cabrera Infante
- Teatro completo. Virgilio Piñera
- Oros Viejos. Herminio Almendros
- Los pasos en la hierba. Eduardo Heras León
- El Monte. Lydia Cabrera
- Los Orishas en Cuba. Natalia Bolívar
- Pailock el prestidigitador. Ezequiel Vieta
- La música en Cuba. Alejo Carpentier
- Los pasos perdidos. Alejo Carpentier
- Las cuatro estaciones.
Leonardo Padura
- Al sur de mi garganta.
Carilda Oliver
- Fuera de juego. Heberto Padilla
- Memorias del subdesarrollo. Edmundo Desnoes
- Cuentos completos.
Virgilio Piñera
- Poesía completa. José Lezama Lima
- La Isla en peso. Virgilio Piñera
- La patria sonora de los frutos, antología. Gastón Baquero
- Biografía de un cimarrón. Miguel Barnet
- En la calzada de Jesús del Monte. Eliseo Diego
- Un Rey en el jardín. Senel Paz
- Joy. Daniel Chavarria
- Cabeza de zanahoria.
Luis Rogelio Nogueras
- El polvo y el oro. Julio Travieso
- Songoro cosongo y otros poemas. Nicolas Guillen
- Martí, el apóstol. Jorge Mañach
- Indagación del choteo. Jorge Mañach
- El gallo en el espejo. Enrique Labrador Ruiz
- Bertillón 166. José Soler Puig
- El ingenio. Moreno Fraginals
- Pedro Blanco el negrero. Lino Novás Calvo
- De dónde son los cantantes. Severo Sarduy
- Juan Criollo. Carlos Loveira
- Los Reyes del Mambo tocan canciones de amor. Oscar
Hijuelos
- Los mundos que amo. Daína Chaviano
- El hombre, la hembra y el hambre. Daína Chaviano
- Adiós Muchachos. Daniel Chavarria
- El ojo de Cibeles. Daniel Chavarria
- La Habana, Apuntes históricos. Emilio Roig
- La nada cotidiana.
Zoe Valdés
- Condenados del condado. Norberto Fuentes
- La pupila insomne. Ruben Martínez Villena
- Evolución de la cultura cubana. José Manuel Carbonell
- Dulces guerreros cubanos. Norberto Fuentes
- Contemporáneos. Juan Marinello
- Pasión de Urbino. Lisandro Otero
- Maitreya. Severo Sarduy
- El publicano. Agustín de Rojas
- Espiral. Agustín de Rojas
- Onoloria. Miguel Collazo
- La Habana para un Infante difunto. Guillermo Cabrera
Infante
- Así en la paz cómo en la guerra. Guillermo Cabrera Infante
- Un verano en Tenerife. Dulce María Loynaz
- El reino de este mundo. Alejo Carpentier
- Memorias de una cubanita que nació con el siglo. Renee
Mendez Capote
- Contigo pan y cebolla. Hector Quintero
- Cómo un mensajero tuyo. Mayra Montero
- Las aventuras de Elpidio Valdes. Juan Padrón
- Tuyo es el Reino. Abilio Estévez
- Las iniciales de la tierra. Jesús Díaz
- Caracol Beach. Eliseo Alberto
- Temporada de ángeles. Lisandro Otero
- El Rey de la Habana.
Pedro Juan Gutierrez
- Negrita. Onelio Jorge Cardoso
- La luz sobre el espejo. Eusebio Leal
- Las honradas y las impuras. Miguel de Carrión
- Akeké y la Jutia. Miguel Barnet
- Los siete contra Tebas. Antón Arrufat
- Contradanzas y Latigazos. Reynaldo Gonzalez
- Visitaciones. Fina García Marruz
- La casa de los náufragos. Guillermo Rosales
- El imperio de la Habana. Enrique Cirules
- La pedrada. Fayad Jamis
- Cuentos Negros. Lydia Cabrera
- Tute de reyes. Antonio Benitez Rojo
- Tradiciones cubanas. Alvaro de la Iglesia
- Agradecido cómo un perro. Rafael Alcides
- Tengo. Nicolas Guillen
- El folclore médico de Cuba. José Seoane
- Cocina al minuto. Nitza Villapol
- Obra poética. Emilio Ballagas
- Juan Quinquin en Pueblo Mocho. Samuel Feijóo
- Cuentos cubanos de humor. Samuel Feijóo
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